Opus pistorum by Henry Miller

Opus pistorum by Henry Miller

autor:Henry Miller [Miller, Henry]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Erótico
editor: ePubLibre
publicado: 1938-01-01T05:00:00+00:00


LIBRO 2

Francia en mis pantalones

Conque es verdad. Tania está rapada como un águila, como un huevo. Lo único que queda para mostrar que antes tenía una radiante mata juvenil ahí, entre las piernas, es que raspa un poco al pasarle la mano en dirección contraria. Y no sólo el coñito se ha rapado… se ha rapado, o mandado rapar, el culo también… pero ahí no terna mucho…

«Lo hizo Peter», me cuenta, «y Snuggles lo ayudó. ¿No es gracioso?»

Se abre de piernas bien, se agacha y se levanta más las faldas, para que pueda verlo y tocarlo. Está tan suave como su cara… más suave, porque en la cara tiene una pelusa que se puede ver, cuando le da la luz.

«Estaba tan rara, cuando me lo estaban haciendo», dice Tania entre risitas. «Como un caballo que echa espuma por la boca. Peter dijo que le gustaría que hiciera jugo así.»

Me imagino cómo debió de ser… Snuggles sosteniendo el tazón de agua caliente, enjabonándola con la brocha, Peter manteniendo separados los carrillos del culo de su hermana, mientras pasaba la navaja por la raja… Sí, debió de ser cachondísimo.

Tania no puede quedarse quieta en mis rodillas. Menea el culo de un lado para otro, me aprieta la mano entre sus muslos. Vuelve a picarle el chumino… quitarle la pelambrera no ha servido de mucho para calmarle el aparato. Podríamos jugar, dice, picarona, para ver si Jean Jeudi reconoce aún su bonne-bouche…

La reconocerá… Para él, es como la cabeza de la Medusa… una simple mirada y se pone como una piedra, aun sin los bigotes en forma de serpientes. Ya tengo una roca bajo los pantalones… pero Tania sabe ablandarla… la convierte en lava en su homo y la derrama.

Tania está mojada entre las piernas. Ahora no tiene pelo para secar todo ese jugo, dice… tal vez tenga que pedirme prestado el mío… y me mete la mano entre los pantalones y coge un puñado. Qué puta, ya ni siquiera pide permiso, coge lo que puede y lo que no puede conseguir sola lo exige.

Le parece que Johnny estaría muy raro sin su pelambrera de castor. Me abre la bragueta, lo saca y le echa un vistazo… Sí, tiene que tener sus bigotes para conservar la dignidad, dice. Le hace cosquillas bajo la barbilla… Tania piensa que si no tuviera ese elegante abrigo, probablemente ocultaría la cabeza avergonzado y nunca se pondría tieso… perdería el valor. A continuación me cuenta que Peter no dejó a Snuggles y a ella afeitarlo…

Tania tiene ahora cogida mi polla en un puño de hierro… no la va a soltar hasta que haya quedado exánime. Pero es como una niña con un nuevo juguete en el coñito… tiene que usar una mano para escudriñarlo, incluso mientras me está tocando. Le gusta tanto, me dice, que no puede dejar de tocarse todo el tiempo. Pero, según le dice Billie, un chichi desnudo así no es para tocar. Tampoco para follar… es para chupar…

Le gusta Billie, ya lo creo, Billie le parece estupenda.



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